Todos mentimos y el que diga no miente, está mintiendo
Te cuento que mi primer acercamiento al “Mundo del Lenguaje Corporal” fue por un libro que me compré en un aeropuerto en donde decía que podías detectar mentiras y saber lo que realmente estaban pensando las personas.
¡Guau! (así se escribe wow en español) poder saber lo que las personas no te están diciendo, saber leer entre líneas, eso me parecía sumamente atractivo. Me pasa que es fácil para los demás saber lo que yo estoy pensando, si me voy a comprometer, si algo me atrae, si te robé el último pedacito de pastel que tenías en el plato, todo lo vas a saber con solo mirarme mi cara, mi postura y mi risa de cuando dije una mentira. Creo que soy demasiado transparente, y para decir una mentira la tengo que practicar mucho. Pero quería detectar el engaño en los demás.
Al estudiar lenguaje corporal, te permite percibir distintas señales que te indican que la persona puede estar mintiendo. Ante el estrés se generan una serie de neurotransmisores como la adrenalina que hace que se acelere el corazón, se pongan inquitas las manos y los pies, y si al mentir te estresas, se producen catecolaminas que hace que sientas picor en la cara, más específicamente en la nariz. Pero eso también ocurre ante el miedo, angustia o el estrés, no necesariamente implica que la persona está mintiendo. Cuando estudiamos lenguaje corporal nos enseñan y aclaran que no hay un “comportamiento Pinocho”, es decir, que no hay un movimiento con el que pueda asegurarte al 100% que la persona está mintiendo. Pero si puedes, al preguntar a alguien o al observarlo hablar detectar indicadores que se asocian a la mentira o al engaño.
En el lenguaje corporal puedes ver si la persona está cómoda, segura, tranquila, si domina o es sumiso y un abanico de posibilidades que te muestran cómo se siente la persona.
Pues hoy después de 10 años de concentrarme en el estudio del lenguaje corporal he encontrado algo increíble, que al estudiar el lenguaje sin palabras ocurre algo mejor que la detección del engaño. Si observas bien, lo que ves es las emociones de las personas y a partir de conocer las emociones del otro, es el principio de la verdadera empatía. Saber cómo se siente el otro, saber nombrar la emoción te ayuda a conectar con los demás y eso es aun mas poderoso que detectar mentiras.
Bienvenido a este blog, tu eres nuevo y yo también, será un gusto intercambiar ideas, apreciaciones y emociones.